Por María Eugenia Abuin
Joven argentino, si tienes entre 14 y 24 años... ¡ve a estudiar! No te dejes engañar.
Con la Ley de Educación Nº 26.206 que tenemos nos sobran fundamentos para decir que no queremos un "Servicio Cívico Voluntario". Los chicos y las chicas de nuestro país deben recibir la educación sistematizada en la escuela.
Hay muchos programas (Pronce, Promedu, Promer, Prones, etcétera) que favorecen las articulaciones y proyectos que menciona el proyecto 1.329/09 como innovadores para brindar más oportunidades.
Es peligroso promover un espacio para los más pobres, estigmatizar a nuestra juventud es dañino para la construcción de una subjetividad saludable. Pararnos en estas cuestiones no favorece la construcción de una sociedad más justa, más igualitaria.
También podríamos hablar de las instalaciones, hoy casi abandonadas… Pero el sólo nombrarlas, con jóvenes adentro, nos trae malos recuerdos. En todo caso, que el Ejército las done a Educación: siempre viene bien una escuela (refugio del saber y la necesidad).
Y pensar que vamos a seguir buscando dónde gastar el pobre presupuesto que tienen los gobiernos para educación… es otro derroche que no nos merecemos.
La escuela debe dar cuenta de que es inclusiva de la diversidad en la que nos toca vivir hoy y es sólo allí donde deben estar nuestros jóvenes, adquiriendo herramientas necesarias para lograr un desarrollo armónico y saludable.
Deberíamos plantear seriamente cómo nos hacemos cargo de nuestra juventud de una vez por todas, buscando en las escuelas contenidos y actividades que nos lleven a transformar una sociedad expulsiva por una que respete a todas las personas como sujetos de derecho.
La educación no sólo requiere intenciones políticas sino presupuestos más inclusivos que demuestren el compromiso con el derecho a la educación.
